¿Qué pasa con Facebook?

Algo está pasando en Facebook… pero ¿qué? La que fue la red social estrella a nivel global está atravesando  un momento incierto. Para entenderlo hay que analizar la situación desde varias perspectivas.

Antes quiero señalar que todo lo contenido en este artículo es el resultado de una mezcla de mi opinión y experiencia, tanto personal como profesional, y no pretende nada más que compartir un punto de vista.

Facebook no pasa por su mejor momento, en ningún sentido. La pérdida de usuarios es permanente (https://www.lavanguardia.com/tecnologia/20220204/8030955/primera-vez-facebook-pierde-mas-usuarios-gana-pmv.html) y la valoración de la red social es cada vez peor por parte de la población.

Por tanto la pregunta es: ¿qué está pasando en facebook? La respuesta, en mi opinión, tiene que ver con algunas o todas estas realidades:

Cambio generacional

Quizá ésta sea la razón más fácil de intuir. Las generaciones más jóvenes, totalmente digitales, no están en Facebook. Los motivos son muchos: no quieren estar en una red en la que están sus padres, madres, tíos, tías, abuelos y abuelas incluso. Además Facebook no ha sabido adaptarse a este público nuevo. Cada día, la edad media en facebook sube, a la misma velocidad a la que cumplimos años todos los mortales. Quizá incluso más rápido si tenemos en cuenta la fuga de usuarios, que sospecho que se concentra en las edades más bajas.

Un «manicomio*» global

Para mi ésta es la clave de la obsolescencia de Facebook. Esta red fue capaz de llegar a tantísimo público,  a porcentajes tan altos de población, que como en la población misma, nos podemos encontrar todo tipo de personas, independientemente de su nivel de cordura, educación, formación o sentido común. Sin embargo, no todas las personas que usan Facebook lo usan de la misma manera. Y en cómo se usa está el problema.

En los últimos años en Facebook cada vez más las personas que más intervienen, que más comentarios  hacen y que, por tanto, más visibilidad consiguen, lo hacen en negativo, criticando e insultando. A esto se suman personas con muy bajo nivel formativo, que escriben haciendo gala de una absoluta ignorancia en los temas sobre los que se pronuncian, con una falta grave de ortografía cada dos palabras juntas y la mayoría de las veces con muy malos modos. El empoderamiento de los necios, la mala gente, los zumbados y los ignorantes. Y para ese empoderamiento, Facebook ha generado el caldo de cultivo perfecto.

Mientras esto sucede, la amplísima mayoría variada y diversa de personas que no encajan en las citadas, y que aún están en Facebook, leen y guardan silencio. Lo hacen sufriendo esa bilis inagotable de toda esa gente que vuelca sus miserias y frustraciones en Facebook. Sin embargo, son reticentes a abandonar la red en la que, a pesar de los pesares, se mantienen al tanto del día a día de algunos seres queridos, amigos y conocidos. O donde leen las noticias más recientes de su ayuntamiento o de la actualidad de los medios. Hasta que la crispación y la toxicidad pesa demasiado, no agunatan más y se van a Instagram, o a Twitter.

Ejército de trols

No tengo miedo a equivocarme al decir que Facebook es la red social con más trols por cada 1000 usuarios. La RAE incorpora «trol» con la siguiente acepción (https://dle.rae.es/trol):

1. m. y f. En foros de Internet y redes sociales, usuario que publica mensajes provocativos, ofensivos o fuera de lugar con el fin de molestar, llamar la atención o boicotear la conversación.

A esta definición de la RAE habría que añadir una componente habitual y de crucial importancia a la hora de determinar qué es un trol: el anonimato. Nada en la vida es más fácil y accesible que crear un perfil falso y anónimo en Facebook desde el que boicotear la actividad de comunicación de las cuentas legítimas de usuarios y entidades oficiales. Las motivaciones son muchas: cuestiones personales, motivaciones políticas, o simplemente querer hacer daño o generar caos y desinformación.

Que en Facebook proliferen los trols no es casualidad. Dado el altísimo porcentaje de uso de esta red, Facebook se convirtió en una de las principales herramientas de comunicación de grandes empresas, corporaciones, partidos políticos e instituciones públicas. Y en este marco a veces,  la competencia, sea ésta en forma de empresa competidora o de oposición politica, encontró en las cuentas falsas y en trolear una oportunidad de sembrar la discordia, la crítica destructiva o la duda en la audiencia según sus intereses. Y todo ello protegido por el anonimato.

La gestión de trols para los profesionales que gestionan páginas de facebook, los conocidos Community Managers o CM, es algo a lo que tienen que dedicar un nivel de energías muy elevado. La teoría dice que a los trols hay que bloquearlos de manera inmediata. No obstante, cada vez más esta acción es criticada y tildada de falta de transparencia o de limitación de la libre expresión, en muchos casos por las mismas personas que están detrás de esos trols. Todo el mundo sabe que no puede entrar a gritos en un edificio público profiriendo insultos, porque lo detendrán o lo expulsarán, pero en redes pretende normalizarse algo que no debe permitirse en ningun caso por la dministración de la página, por respeto al resto de personas usuarias.

En definitiva, las cuentas oficiales en Facebook están muy desprotegidas frente a este tipo de actividad, y las herramientas de verificación y lucha contra los trols y contra la desinformación disponibles son escasas e insuficientes.

Malfuncionamientos y cambios constantes de gestión

Otra de las realidades que en mi opinión está erosionando Facebook es la propia evolución de la plataforma. Las herramientas de publicación y gestión de perfiles, páginas, grupos y otros subproductos dentro de Facebook no paran de cambiar, lo que obliga a un esfuerzo constante en formación para saber cómo se hacen las cosas, para que al poco tiempo vuelvan a cambiar. Al margen de la frustración que esto genera, cada vez son más las personas profesionales de redes que relatan eso de «Facebook me hace cosas raras». Publicaciones programadas que no se publican, publicaciones que aparecen publicadas en la plataforma pero no se ven por los usuarios, páginas que apenas consiguen audiencia, penalizadas por errores pasados, promociones que no se aceptan sin que nadie sepa por qué y una larga lista de pequeños malos funcionamientos.

También es importante señalar los cambios de políticas en determinadas funcionalidades: un día se promueven los «marcos personalizados» como herramienta para promocionar determinadas causas y al día siguiente te encuentras con que Facebook restinge la creación de nuevos marcos a entidades autorizadas, sin especificar cómo se puede uno acreditar. Lo mismo ha ocurrido con la verificación de perfiles y páginas oficiales, en los que recientemente hemos podido ver mensajes de que ya no podía realizarse. Estas idas y venidas generan mucha inseguridad y malestar en torno a la gestión de la presencia en Facebook.

El multimedia y la inmediatez se comen a facebook

Otra de las razones por las que Facebook pierde usuarios y valoración podría estar en que cada vez más se imponen los contenidos multimedia y audiovisuales frente a los textuales y de imagen fija, lo que unido a la inmediatez y a la frescura que la población más joven demanda en redes, podría estar derivando usuarios a plataformas bien conocidas como Twitter e Instagram y a otras más recientes pero que han irrumpido con mucha fuerza, como TikTok y Twicht. Basta con hacerse una cuenta de TikTok (algo que se puede hacer en unos 30 segundos) y explorar un poco para darse cuenta de que la manera de consumir contenidos en redes ha cambiado de manera dramática.

El metaverso que amenza al ‘universo facebook’

Mark Zuckerberg está convencido de que el futuro de la humanidad está en lo que denomina Metaverso. A su desarrollo ha volcado ingentes cantidades de dinero y recursos, pero parece que nadie está muy convencido. El metaverso parece ser (yo sigo sin entenderlo bien) una suerte de mundo virtual alternativo al que, según el CEO de Facebook, estaremos enchufados la mayor parte de nuestro tiempo en el futuro. Más allá del rechazo y los escalofríos que me genera esto, el resultado de esta línea de trabajo le ha costado a Meta Networks, el nuevo nombre de la empresa matriz anteriormente conocida como Facebook, las peores pérdidas de su historia y una caída en bolsa sin parangón. https://www.bbc.com/mundo/noticias-60244251

 

El futuro de Facebook es cada vez más incierto. Probablemente la red siga perdiendo más y más usuarios, y las personas responsables de empresas y entidades tendrán que tomar poco a poco decisiones complicadas sobre su presencia corporativa o institucional en una red que, a pesar de seguir dando grandísimos alcances de audiencia en comunicación y publicidad, genera graves problemas de reputación digital y enormes costes para el control de trols.

 

(*) Entiéndase «manicomio» en un sentido figurado y no como un centro de tratamiento de enfermedades mentales. Y entiéndase «loco» y «zumbado» en su acepción «De poco juicio, disparatado e imprudente» (https://dle.rae.es/loco?m=form). No se pretende ofender ni desmerecer o ser poco considerado con las enfermedades mentales.


 

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